La influencia del río Ebro produce la combinación de agua dulce y salada que le da a esta parte del Mediterráneo una salinidad especial, creando un ambiente favorable al plancton que sirve de alimento de los pescados azules, en este caso el boquerón.

Esta alimentación le otorga a la anchoa de Vinaròs un sabor peculiar, con unos matices que  recuerdan al marisco.

Este sorprendente fenómeno natural combinando las distintas salinidades es el que nos permite obtener un producto que no necesita ningún tipo de aditivos para mejorar su sabor.

Los vinos de l’Estanquer saben a una larga herencia y tradición sumadas al mar, que le aporta esa singularidad.

Los rasgos principales están muy ligados a la tierra donde se cultivan las viñas, con vinos blancos muy salinos, vinos tintos muy afrutados, siempre respetando la fruta y el sabor mediterráneo.

Además de todos los vinos de L’Estanquer cuentan con el sello ecológico en todos sus vinos.

Cerca de Vinaròs hay un conjunto de seres vivos con más de 1000 años de historia. Testigos del paso de los siglos por el territorio, estos olivos son un monumento vivo, admirados por su belleza y su resistencia.

El olivo fue introducido en la península por los primeros comerciantes fenicios a través de las jábegas que transportaban y con las que se hicieron esquejes en los acebuches autóctonos.

Estos olivos suelen tener poco interés para los agricultores, ya que las variedades más modernas no necesitan tanto cuidado para producir mayor cantidad de fruto, por lo que el aceite obtenido de los olivos milenarios tiene un valor que lo hace único más allá de sus propiedades.

El aceite de Leocadia aúna el sabor, la familia y la pasión por un producto de calidad.

Leocadia es un aceite arbequino, dulce en boca pero sin enmascarar los alimentos.

Su producción es característica, debido a la prensa de la oliva que se realiza muy tempranamente, hecho que reduce su rendimiento pero aumenta su calidad.

El nombre de Leocadia, en honor a la abuela que inculcó durante varios años el amor por la agricultura, adorna cada una de las etiquetas colocadas a mano y que demuestran una vez más el cariño con el que se trabaja el aceite en Vinaròs.

El aceite Shiitake, es un aceite de terreno, macerando el hongo shiitake y aplicando su propia fórmula, se consigue un aceite ecológico, natural, sin ningún aromatizante ni conservante. Se define por ser un producto recolectado, manufacturado y enviado al cliente final.

La pasión y el trabajo familiar consiguen elaborar un aceite con un distintivo sabor.

La Farinà de Repassos (Harinada de repassos) es un postre lleno de sabor y tradición.

Su elaboración se origina muchos años atrás, donde se utilizaba la harina que quedaba de la última pasa del molino cuando se molía en casa. Es una harina caracterizada por su poca calidad, muy rústica, pero útil para poder aprovecharla.

Está formado de una base de masa de harina integral que va rellena de harina, azúcar, limón y aceite de oliva. Antiguamente, en verano cuando era época de pimientos se le ponía pimiento asado dentro, para así darle una combinación dulce-salado. Actualmente se ofrecen las dos variantes durante todo el año.

La historia y el sabor han permitido que un postre tan simple pase de generación en generación, que únicamente se elabora en dos hornos de Vinaròs.

La Pastisseria Macip se define por su larga historia, de las pocas pastelerías con más de 100 años de antigüedad, fundada en el 1917. Generación tras generación han ido elaborando cantidad de productos entre ellos su exquisito chocolate.

Un producto que se obtiene a partir de la mezcla de azúcar, manteca y masa de cacao y el ingrediente principal…el legado pastelero.

Un chocolate que guarda los secretos de varias generaciones de pasteleros transformadas en su inconfundible sabor.